domingo, 13 de abril de 2008

TERRORISTAS: LOS NUEVOS EXTRATERRESTRES

Justo en la mira (Vantage Point, Pete Travis, 2008).

Una difundida interpretación crítica del cine de terror-ciencia ficción de la década del 50 sugiere que éste sería una representación del miedo a la Guerra Fría y a la amenaza de un conflicto nuclear. En esta representación, los extraterrestres invasores serían una especie de metáfora de la amenaza soviética. No es éste el sitio para discutir tal interpretación, que quizás resulte demasiado mecánica. Ya M. Night Shyamalan, con ironía y un poco de mala leche, se burló de ella en Señales (Signs, 2002), poco después de los ataques del 11 de septiembre. El caso es que, mucho antes de esa fecha, el terrorismo ya se había constituido como una temática recurrente en el cine, y no únicamente en el de Hollywood. La diferencia radica en que, como sucede en El pacificador (The Peacemaker, Mimi Leder, 1997), el escenario del terrorismo se ubicaba en países lejanos, orientales de preferencia –con la excepción de The Siege, dirigida por Edward Zwick en 1998, en la que Nueva York sufre una oleada de ataques-. El terrorismo contemporáneo es profundamente democrático en su alcance, pues ataca por igual a orientales y occidentales; cristianos, judíos y musulmanes; primermundistas y tercermundistas; culpables e inocentes; hombres, mujeres y niños; dirigentes o simples ciudadanos; ingleses, españoles, israelíes, palestinos o hindúes. En este contexto se ubica Justo en la mira. El film se divide en dos partes. La primera narra varias veces el lapso temporal entre las 11:30 am y poco después del mediodía, durante una cumbre antiterrorista celebrada en Salamanca, España. Cada repetición ubica al espectador en la perspectiva de un personaje diferente: un agente del FBI (Dennis Quaid), un testigo (Forest Whitaker), un policía español (Eduardo Noriega), un asesino utilizado y engañado por los terroristas (Edgar Ramírez), el presidente de los Estados Unidos (William Hurt), etc. Una vez que el espectador posee todas las piezas del rompecabezas, la acción se encamina con gran velocidad hacia un desenlace más o menos previsible, aunque muy emocionante. Los terroristas –los nuevos extraterrestres- causan destrucción y muerte en Salamanca, pero Dennis Quaid salva al presidente de los Estados Unidos, lo que en el film equivale a salvar el mundo. Y a nosotros, ¿quién nos protege del terrorismo? (María Gabriela Colmenares)

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