sábado, 26 de abril de 2008

EL ENEMIGO (Luis Alberto Lamata, venezuela, 2008)

El enemigo usa como punto de partida la violencia caraqueña y nacional. Pero no es una película sobre delincuentes. Por el contrario, utiliza el punto de vista de las víctimas. Por un lado, está el padre de una estudiante víctima de la inexperiencia de un sicario. Por otro, la madre del sicario que, a su vez, ha sido abaleado por sus compinches traicioneros. La acción se centra en un par de larguísimas escenas durante una noche en el pasillo del hospital basadas en los diálogos entre la madre del sicario y el padre de la víctima, quien además es fiscal y simula estar a cargo del caso. Pero están filmadas con suficiente destreza como para mantener la tensión dramática. La necesaria intimidad de la historia le resta realismo a la situación violenta que viven nuestros hospitales y diluye el carácter popular de los personajes. Ese mismo encierro pretende aliviarse por medio de saltos temporales que ilustran los antecedentes del suceso y con una especie de epílogo que explica lo que no era necesario explicar. La telenovelesca situación de que todos coincidan en el mismo hospital, que no está en la obra teatral original, se soluciona con dignidad y la imagen, casi al final, de las dos mujeres armadas caminando por el ya conocido pasillo es ilustrativa y terrible. Algunos excesos actorales de Lourdes Valera y las limitaciones de Carlos Cruz le restan densidad a los personajes. Es una película seria y hasta importante, pero aún no reaparece el director de Jericó. (Ricardo Azuaga)

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