sábado, 5 de abril de 2008

JUMPER (Crítica)

Jumper (Doug Liman, EEUU, 2008) no figura entre las mejores películas de su director (Swingers, El señor y la señora Smith, la serie Bourne) pero aprovecha la afinidad de su tema (los saltos instantáneos a cualquier lugar) con el estilo fulminante del cineasta para funcionar un milésimo por encima del género superhéroe. Con el grave problema de que carece de cualquier asomo de humor o ironía. Su originalidad se ubicaría en que este recién llegado saltador no utiliza su poder para defender a los ciudadanos honrados, sino para divertirse sin pagar medio o para robar a fin de divertirse. Pero la idea es desperdiciada. La tradicionalmente triste personalidad del protagonista (H. Andersen), al perder la igualmente tradicional salida del altruismo, encuentra otra trampa (tradicional, de nuevo) en la creación de enemigos seculares y despiadados que lo llevan a la persecución y luchas de siempre. Aquí la maldad se concentra perezosamente en la estampa del más rutinario Samuel L. Jackson. Hay pequeñas sorpresas: aparece otro “saltador”, y la madre perdida pertenece al bando de los malos. Ninguna de las dos cosas cambia la situación, pero el diálogo ofrece explicaciones al respecto. El final cumple con una victoria provisional y una novia reconquistada. (Ambretta Marrosu)
Publicado en Últimas Noticias (3.4.08)

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